5 may 2015

NO LA QUIERO MÍA, LA QUIERO SUYA.



No la quiero mía,
la quiero suya.
Entera y Diosa.

Con su esencia,
su voz tan dulce y
la armonía de su risa.

La quiero porque cuando me mira con sus ojos,
no ve al horrible monstruo que todos ven.

Porque en sus ojos
soy un caballero,
y ella en los míos
el cosmos entero.

La quiero suya,
y me quiero suyo,

y no quiero nada más.