Mientras tu me saludas de beso en la mejilla,
yo te desnudo en mi cuaderno.
en ese en el que paseas vestida de Eva.
ese que tiene mil veces tu nombre
y un millón la figura de tu cuerpo,
que describe perfectamente la forma de tus labios
esos labios que nunca he probado
que son tan inalcanzables y que parecen estar sellados
para los poetas de mentira y para tipos desgraciados
y esos ojos que nunca me han mirado
pero que los conozco de memoria,
tan negros color noche
¡tan vivos y tan muertos!
¡tan penetrantes y perfectos!
y ese cuerpo de deidad antigua
inspirador de poemas prohibidos y uno que otro enfermo
que desata todo mi deseo
que incita a lo mas bajo y bloquea el pensamiento
pero que nunca podre tocarlo
porque eres una diosa y yo no soy mas que un deforme
que de tu cuerpo esta sediento.
¡matame y soy libre!
¡liberame de este sufrimiento!
¡para dejar de ser un poeta de mentira y por fin morirme!
¡Dispara, sin remordimiento!
¡y asi parar de escribirte en mi cuaderno!
