1 ago 2014

QUIZÁS LA VIDA ES UNA PELÍCULA FRANCESA



Quizás la vida no es más que una de esas películas francesas.

Ya saben de esas típicas películas dramáticas que a pesar de todas las adversidades y tormentos del protagonista terminan con un final feliz, donde un tipo como yo, de esos carentes de atractivo, desdichados y sin contar con ningún recurso económico, por azares del destino y de los dioses, lo conducen hacia la bella dama. La típica mujer hermosa, altanera y arrogante.

Supongo que yo debo ser el protagonista principal, me queda el papel a la perfección y tú debes de ser la bella dama, mírate, no necesitas casting previo.

Imagino que todas las desgracias que me suceden son porque ya está previamente escrito, que solo es un plan maquiavélico por parte del guionista para darle ese toque de dramatismo y sentimiento a la película… porque claro, ¿Cómo va a triunfar una película sin el sufrimiento del protagonista?

Oh, claro, y ese desprecio y desdén tuyo hacia mí, debe ser quizás solo una maravillosa actuación de tu parte, excelsa diría yo, digna de un premio de la academia, o por lo menos la nominación.

De verdad que te has lucido en la escena en donde me gritas que me ya no te persiga, me abofeteas y me recalcas que hay alguien más en tu vida, vaya, esa escena te inmortalizara en la historia del cine y lloverán críticas positivas hacia tu carrera.

Y el tipo que se pasea contigo en su camioneta nueva, repleto de músculos y con esa mandíbula cuadrada, debe ser el malo, el villano, el enemigo que toda buena película debe de tener. Puedo apostar a que le doy su merecido al final de la trama.

No me gusta presumir pero yo también estoy dando cátedras de actuación con este papel, siento que es el papel que me inmortalizará en el séptimo arte. El papel de mi vida diría yo. Casi todas mis apariciones en escena son desdichadas, me la paso solo caminado por la noche, en otras estoy llorando en la regadera y muchas veces más escribiendo poesía para tu persona. Aun desconozco la parte del guion en donde todo cambia y formas parte de mi vida, pero supongo que tarde o temprano me tocara interpretarla.

Muero por vivir ese momento, en que el director nos llame a escena y hagamos las actuaciones de nuestras vidas, y tus labios besen los míos, tus manos toquen mi rostro y sintamos ese amor de película, puro y sensual, tímido y descarado.

En el que olvide todas mis penas y mueran mis fantasmas, en el que una mujer tan hermosa como tú, tan pura y perfecta, voltee y me mire a los ojos y conozca que debajo de este rostro imperfecto, se encuentra una persona maravillosa, capaz de dar su vida por tener por lo menos un beso tuyo.

Quizás, y solo quizás, todo estaba ya escrito, y lo que vivo es solo una película francesa, proyectada en un teatro abandonado a su suerte, en un barrio consumido y con las butacas vacías y con ese final feliz tan anhelado con el que cuentan este tipo de películas.