14 ene 2015

LA CARTA QUE ARRUINO TODO




¿El primer día en que te vi?
Recuerdo que me encontraba sumergido en el estrés de mi trabajo,
Entre papeles y notas acerca de proyectos, oficios y esas cosas aburridas,
Me encontraba como siempre, en mi rutinaria vida sin sorpresas ni nada extraordinario,
Cuando de pronto, escuche la puerta y al voltear mis ojos contemplaron la gloria de los Dioses:
Te vi.

Observe que mientras te acercabas,
El universo mismo se detuvo para cederte el paso,
Levante la mirada y choque con esos grandes ojos,
Yo, un simple mortal, tenía frente suyo a una Diosa del Olimpo.

Confieso que hice todo lo posible para ganar tiempo
Y poder admirarte aunque fueran solo unos segundos más,
Quería saber más acerca de esa tímida mujer,
¿Cuál era su nombre? ¿De dónde provenía?

Aquella mujer que irrumpió en mi alma tenía nombre,
Laila, igual de hermoso que ella misma.

Te fui conociendo poco a poco gracias a la tecnología y las redes sociales,
Conocí tus gustos, tus miedos, tus valores, y a ti como persona.
Fue en ese momento cuando me di cuenta que además de ser una mujer divina,
Eres una persona hermosa y magnifica,
Simplemente la perfección encarnada.

Desvelarme contigo mientras jugábamos preguntas y  respuestas,
Fue el momento en que decidí que quería conocerte más a fondo,
Añoraba el día en que podría verte y salieras conmigo.

Y fue un sábado, cuando te vi de nuevo,
Salimos a comer un helado y a pasear por la ciudad,
Una tarde muy tranquila, escuchando tu hermosa voz contarme historias.

Quiero decirte que me encanta escucharte,
Me gusta platicar contigo porque eres tú misma,
Sin secretos ni falsedades,
Sin hipocresías ni mentiras.

Me gustas Laila,
En serio me gustas
Todo de ti me parece perfecto,
Desde tu hermoso rostro, tus bellos ojos y esos dos lunares,
Hasta tu personalidad tan sexy y linda,
Tan sencilla y tan honesta.

No sé si es un poco precipitado decirte lo que siento,
Pero no puedo seguir ocultándolo,
Permíteme demostrarte lo importante que eres para mí,
Permíteme enamorarte.

Espero y le puedas dar oportunidad a este hombre,
Que está convencido de lo que por ti siente.

Quizás seamos diferentes
Pero un rompecabezas no se arma con piezas iguales.